LAS NUEVAS IDEOLOGÍAS REVOLUCIONARIAS

El marxismo
El anarquismo

Bases teóricas del socialismo científico (marxismo)

Introducción
La sociedad capitalista ha comportado el surgimiento del movimiento obrero y también del socialismo científico o marxismo. El socialismo científico es un conjunto complejo de conocimientos y de ideas cuyos principales teóricos fueron  C.Marx y F.Engels, quienes en sus obras, elaboradas muchas de ellas conjuntamente, plantean la comprensión de los hechos históricos (materialismo histórico), proponen los medios para acabar con las estructuras capitalistas (papel histórico del proletariado), presentan la concepción marxista del hombre (filosofía marxista o materialismo dialéctico) y esbozan las futuras estructuras de la sociedad en la que el hombre será auténticamente libre (la sociedad comunista).

El materialismo histórico
Es la interpretación marxista de la Historia. Es una de las aportaciones más importantes de Marx (1818-1883) y ha tenido gran influencia en toda la historiografía posterior. Conceptos utilizados por él como fuerza de trabajo, medios de producción, relaciones sociales de producción, plusvalía, infraestructura, modo de producción etc., han sido adoptados después por gran parte de historiadores (sean o no ideológicamente marxistas); principalmente, su análisis de que los hechos históricos no se pueden comprender sin tener en cuenta las interrelaciones entre la infraestructura (estructura socio-económica) y la superestructura (estructura político-cultural).
La idea (innovadora en la segunda mitad del XIX) de que la organización política y cultural viene determinada porque la clase beneficiada de las relaciones sociales de producción establece unas leyes que le aseguren la conservación de la posición privilegiada en la sociedad, es decir, que el sistema jurídico, político y ideológico existente en cualquier civilización (superestructura) viene determinado por la organización del trabajo (sistema socio-económico o infraestructura), es el concepto central del materialismo histórico.
Esta idea ha sido, por otra parte, interpretada según un puro determinismo que han utilizado continuamente los enemigos del marxismo. Marx y Engels, ya acusados en su época, insistieron que no se trata de un determinismo total de las fuerzas productivas en el proceso histórico, sino de que el desarrollo de las fuerzas productivas conlleva una contradicción entre las fuerzas productivas nuevas y las antiguas relaciones sociales de producción, es decir, entre la infraestructura que se desarrolla y la superestructura antigua y esta contradicción sólo será resuelta a través de la lucha de clases. Es decir, la lucha de clases (segundo concepto fundamental del materialismo histórico) es la única posibilidad de restablecer el equilibrio entre la infraestructura y la superestructura, permitiendo el paso a una nueva época histórica. La lucha de clases es, por lo tanto, el "motor de la Historia" (Manifiesto comunista, 1848). Sin la intervención del ser humano, a través de la lucha de clases, no puede haber evolución histórica. Hay, por lo tanto, una relación dialéctica (o interdependencia) entre la infraestructura y la superestructura: en un época de idealismo imperante, Marx y Engels dieron especial importancia al desarrollo de la economía en el proceso histórico, pero, negando que la evolución histórica se debiera simplemente a la  voluntad (o a las ideas) de unas personas, también negaban que sin la aportación del ser humano pudiera haber evolución histórica.

Para comprender la ideología política del marxismo y su propuesta de poner fin al sistema capitalista es necesario seguir el proceso seguido por Marx-Engels. Sus obras de interpretación histórica las combinan desde el primer momento con el análisis de la sociedad inglesa, la situación del proletariado y el estudio del sistema industrial capitalista:

La crítica al capitalismo
La interpretación de la Historia lleva a Marx-Engels al análisis de su realidad histórica: al estudio del modo de producción capitalista que culminará con la producción de una de sus obras fundamentales: El Capital (primer volumen editado en 1867).
En el análisis de la estructura del capitalismo Marx-Engels parten de la idea de que es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción que no ha existido siempre (frente a la interpretación contemporánea), que no es consustancial a la naturaleza del hombre y que no es eterno: sigue siendo un sistema económico basado en la explotación del hombre por el hombre y, por lo tanto,  injusto.
El elemento básico de la crítica al capitalismo parte del concepto del valor de cambio de una mercancía, llegando a la conclusión de que es la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirla. En el sistema capitalista, la fuerza de trabajo es una mercancía cuyo valor de cambio es el salario. Pero según Marx-Engels, el salario siempre es inferior al valor de las mercancías producidas por el trabajo. Esta sería la primera contradicción de la economía capitalista y la base de la explotación capitalista: el sistema capitalista se presenta como una relación justa entre empresario y trabajador, pero en esta relación hay un explotador que abusa de su fuerza para ofrecer (el salario) menos de lo que recibe (la plusvalía). La plusvalía es la fuerza de trabajo no pagada, la diferencia entre el valor de lo producido por el trabajo y el valor de la fuerza de trabajo. Es así como Marx-Engels demuestran que el sistema capitalista es un sistema de explotación.
La plusvalía se convierte así en la base de la acumulación de capital y la lucha por la acumulación de capital o de plusvalía es lo que explica la competencia entre las empresas capitalistas. En su estudio de la evolución del capitalismo británico, Marx-Engels analizan como esta competencia entre las empresas (fenómeno que, como se sabe,  se inicia históricamente en la segunda mitad del XIX) conduce a una concentración empresarial y de capital que proletariza a una parte de la clase burguesa mediante la absorción y eliminación de la pequeñas y medianas empresas por las grandes empresas concentradas lo que conduce a la segunda contradicción de la economía capitalista: mientras el capitalismo se presenta como un sistema que se basa y se declara defensor de la propiedad privada, su evolución exige la expropiación constante de un número cada vez mayor de propietarios, con lo cual el número de propietarios es cada vez menor. Así pues, el desarrollo del capitalismo, según la llamada ley de concentración de capital, supone la proletarización progresiva de la sociedad, es decir, la producción es un proceso en el que interviene un número cada vez mayor de asalariados dirigidos por un número cada vez menor de empresarios: los intereses de unos pocos privan sobre los intereses de la cada vez mayor parte de la sociedad.
A su vez, esta situación engendra la tercera contradicción del sistema: las crisis de superproducción debidas al escaso poder adquisitivo del cada vez mayor número de proletarios. Esta situación desencadena el cierre de empresas y el despido de trabajadores generando una acentuación de la miseria, precisamente por la abundancia de mercancías.

Marx-Engels llegan a la conclusión de que las contradicciones internas del sistema capitalista están provocando la transformación de las fuerzas productivas (proletarización progresiva de la sociedad, enorme capacidad de producción utilizada según intereses de un número cada vez menor de propietarios privados) y produciendo un desequilibrio o contradicción entre la infraestructura (el desarrollo socio-económico) y la superestructura (el Estado capitalista y el sistema de valores), entre la fuerza de trabajo asalariada que crea la riqueza y los propietarios de los medios de producción que utilizan la plusvalía en beneficio propio. Estas contradicciones internas implican, según Marx-Engels, inevitablemente, la desaparición, el fin del sistema capitalista.

El papel histórico del proletariado
El modo de producción capitalista ha creado dos clases antagónicas: el proletariado que posee sólo su fuerza de trabajo (clase oprimida o explotada) y la burguesía que posee los medios de producción (clase dominante). La clase dominante controla el Estado que representa la defensa de sus intereses y que es un medio de represión y de dominio de la clase oprimida.
Las contradicciones internas del modo de producción capitalista (infraestructura-superestructura) implican la desaparición del sistema capitalista, pero esto sólo puede conseguirse a través de la lucha de clases: fenómeno histórico que supone el enfrentamiento entre la clase de propietarios que trata de defender las condiciones existentes y la clase explotada que trata de cambiarlas.
El papel histórico del proletariado es el de dirigir la lucha de clases que pondrá fin al modo de producción capitalista: la revolución socialista. La revolución es la única manera de acabar con el modo de explotación capitalista. El papel del proletariado, pues, no sería el de reformar el Estado burgués, sino el de destruirlo. Pero el proletariado deber estar organizado y debe crear un partido político propio; el partido obrero se convertirá en la vanguardia del proletariado y dirigirá la toma del poder.
¿Cuándo?: Marx y Engels defendían la idea que el momento de iniciar la revolución dependería de las condiciones históricas propicias; cuando se diera un momento de debilidad del poder burgués (¿una crisis económica?, ¿una guerra?). Mientras tanto, la lucha por la democracia política era un objetivo perfectamente válido del partido obrero para defender los intereses del proletariado intentando conseguir mejoras en sus condiciones de vida. ¿Cómo se haría la revolución?: Marx y Engels también creían que dependería de las circunstancias históricas: no descartaban una insurrección violenta, o mediante la intervención del partido obrero en la lucha electoral y parlamentaria que llevaría a formar gobierno y desde el que se dirigiría, de forma incruenta, la toma del poder. ¿Revolución nacional o internacional?, también en este caso no se pronunciaron directamente pues aunque se opusieron al nacionalismo ("proletarios de todo el mundo, uníos") siempre defendieron la idea de que dependería del análisis objetivo de las condiciones históricas.
En cualquier caso, el objetivo final de la revolución social sería la destrucción del Estado burgués y el paso a una sociedad comunista. Pero este proceso no podía ser inmediato: el triunfo de la revolución supondría en una primera fase la creación de un Estado Socialista: el fin del Estado burgués y su sustitución por un Estado proletario (la dictadura del proletariado). Es decir, de un Estado como expresión de la nueva clase dominante: el proletariado, cuyo primer acto consistiría en la nacionalización de los medios de producción como paso previo a una sociedad sin clases ("a cada uno según sus actos"). Cuando la revolución hubiera triunfado a nivel internacional, o sea, cuando el socialismo ya no estuviera amenazado, sería posible el paso a la sociedad comunista, una sociedad igualitaria, sin clases ("a cada uno según sus necesidades"), en la cual ya no existiría el Estado como expresión del dominio de una clase.

El materialismo dialéctico
Es la concepción marxista del hombre  (como ser humano) y del mundo: la filosofía marxista. Parte de la idea de que el hombre es su trabajo ("La Historia del hombre es la Historia del trabajo del hombre"); es decir, el hombre satisface sus necesidades mediante el trabajo productivo y esta actuación humana hace que se establezca una relación dialéctica entre el hombre y su trabajo: el ser humano no es nada sin los medios y bienes creados por él y éstos no son nada sin el hombre (los medios de producción y los bienes producidos son simples manifestaciones del hombre sin significado propio).
Pero a partir del momento en que se ha producido la propiedad privada de los medios de producción, los productos se distancian del productor que se convierte  en un hombre alienado (el hombre asalariado). Se convierte en un hombre que no domina y controla los bienes que produce (apropiados por un grupo minoritario de hombres) que escapan a su voluntad, a su conciencia y toman formas abstractas (valor, dinero, capital). El capital pasa de ser un medio de realización del ser humano, a convertirse en un instrumento de dominio de unos hombres sobre otros (el salario es una pobre compensación a cambio del trabajo alienante). El hombre alienado, el hombre proletario, pierde conciencia de su vida real y vive rodeado de fetiches (ilusiones a manera de explicaciones o intentos de satisfacer su frustración) que ocultan su situación real: la religión y la moral, entre otros.
Frente a la triple alienación económica-social, política y ideológica, el marxismo busca la superación de la alienación: la realización del hombre, la liberación del hombre. El hombre en la sociedad comunista será un hombre libre, desalienado.

                                                                                                                              Caty González Torrijos

Estos principios teóricos fueron posteriormente adaptados a las nuevas circunstancias históricas por otros marxistas, el más destacado de los cuales será Lenin, por lo que el marxismo, a partir  de comienzos del siglo XX, será llamado también marxismo-leninismo.

 

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  El manifiesto comunista

La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases.
            Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros  y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces, y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes (...).
El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que el de los demás partidos proletarios: constitución de los proletarios en clase, derrocamiento de la dominación burguesa, conquista del poder político por el proletariado (...).
El rasgo distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la propiedad burguesa (...). En este sentido los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única: abolición de la propiedad privada (...).
El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante, y para aumentar con la mayor rapidez posible la suma de las fuerzas productivas.

                                                                                                                C.Marx y F.Engels: El manifiesto comunista.1848

La burgesia es veu obligada a mentir hipòcritament i anomenar poder de tot el poble, o sigui, democràcia en general (...), allò que és, de fet, la dictadura de la burgesia, la dictadura dels explotadors sobre les mases treballadores. Nomes la dictadura del proletariat por alliberar la humanitat del jou del capital, de la mentida i de la falsetat, de la hipocresia de la democràcia burgesa, que és dels rics i per als rics, i establir una democràcia per als pobres, és a dir, fer que els beneficis del país siguin patrimoni efectiu dels obrers i dels pagesos pobres, perquè actualment (fins i tot a la república burgesa més democràtica) aquests beneficis són, de fet, inassequibles per a la immensa majoria dels treballadors (...).

                                                                                                                        LENIN, V.I.: Democràcia i dictadura, 1918

Los Partidos Socialistas

Y por qué nos interesa estudiar el marxismo?. Pues porque estas ideas fueron aceptadas por muchos obreros y poco a poco, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, el movimiento obrero entrará en una nueva fase, la fase política, en la que el objetivo no será únicamente mejorar las condiciones laborales y  materiales de los asalariados, sino la lucha política para la conquista del poder y, a través del poder político, la transformación de la economía, de la sociedad y del Estado, acabando con el capitalismo, con la jerarquización social que supone la sociedad de clases y con un sistema político que defiende los intereses de la burguesía: la lucha por la revolución socialista. Aplicando las ideas marxistas, se crearon los primeros partidos socialistas, partidos políticos de clase obrera con la finalidad de dirigir la lucha del proletariado para conseguir formar un gobierno obrero y poder instaurar el Estado Socialista.

A medida que la burguesía, convertida en clase dominante en virtud del triunfo de las revoluciones burguesas liberales,  iba abandonando sus principios revolucionarios,  y el nacionalismo y el liberalismo se convertían en ideas cada vez más conservadoras, irá surgiendo una nueva clase revolucionaria, la clase obrera, y el reciente Estado Liberal se verá amenazado por estos nuevos revolucionarios.

Anagrama d'anarquia
Bases teóricas del anarquismo

Los marxistas no serán la única amenaza al nuevo orden burgués, desde mediados del siglo XIX otra ideología revolucionaria sembrará de terror las mentes burguesas: el anarquismo.

Introducción
Estudiar el anarquismo es un tema complejo y difícil debido a los prejuicios que existen con respecto a él, incluso desde un punto de vista linguístico: mientras para el socialista libertario o  ácrata, anarquismo significa un sistema político basado en el ideal de una sociedad sin gobierno, en la defensa de ausencia de autoridad ("Los sistemas de gobierno son innecesarios para gobernar a los hombres normales"), el anarquismo ha sido difamado y calumniado por sus enemigos que han vulgarizado el término hasta hacerlo sinónimo de desorden y caos. "Los anarquistas eran anarquistas porque no creían en un mundo anárquico" (historiador del anarquismo).
Otra dificultad deriva del hecho de que los teóricos anarquistas no han querido nunca dogmatizar y la variedad de propuestas sobre los medios de llevar a término sus ideas políticas es, como veremos, muy amplia y, a veces, incluso contradictoria.
Por otra parte, el anarquismo desde el punto de vista de movimiento político-social, vinculado al movimiento obrero, ha tenido poca importancia como fuerza política (excepto en algunos paises como España o Rusia). Hoy en día la ideas anarquistas son más bien un "modo de vida", una determinada manera de concebir el  mundo,  son mucho más una filosofía que un movimiento socio-político.

La filosofía anarquista
La concepción del mundo o el sistema de valores o filosófico anarquista se basa  en la idea de que el hombre político (civilizado, que vive en el seno de un Estado, con existencia de leyes que siempre son instrumentos de dominio que impiden la realización o liberación del ser humano) se opone al  hombre natural (libre, que se realiza a sí mismo). Otra idea fundamental es la de considerar que el ser humano pertenece a una especie social que actúa en función de dos instintos básicos: el egoísmo y el altruismo.
El anarquismo defiende la restauración del estado natural en las relaciones humanas y defiende una doctrina social basada en el pleno desarrollo de la libertad del hombre a través de un pacto o libre acuerdo con sus semejantes en una sociedad sin clases, sin intereses privados, sin leyes coercitivas de ninguna clase: los instintos básicos del ser humano le llevarán a aceptar libremente este pacto o por egoísmo (verá las ventajas de colaborar con los demás para conseguir los bienes que necesita) o por altruismo (verá las compensaciones que tiene el apoyo solidario a los demás). Una vez instaurada la sociedad en libertad, el hombre podrá ser realmente natural (sano y libre, con sus necesidades cubiertas) y actuará sin ningún tipo de maldad (sin abusos) porque la explotación y el dominio son cosa de enfermos. Será consciente de que "La libertad de uno termina donde empieza la libertad de otro", o de que "solo puedo ser libre en la medida en que mis semejantes lo son" (pensamientos anarquistas). "Nuestra creencia es que la única vía de emancipación y de progreso consiste en que todos tengan libertad y los medios para defender y poner en práctica sus ideas, es decir, la anarquía. De este modo, las minorías más avanzadas persuadirán y arrastrarán tras de sí a los más atrasados por la fuerza de la razón y del ejemplo" (Malatesta).
El hombre civilizado se encuentra inmerso en un sistema en el que la existencia del  Estado (cualquiera que sea) es la encarnación de la autoridad, del poder arbitrario, de la jerarquía y la subordinación, es, en definitiva, la manera civilizada de expresar la desigualdad existente de hecho en la sociedad y la manera de conseguir el dominio de unos hombres sobre otros. El hombre natural sólo puede existir en una sociedad sin diferencias de clases, en ésta tenderá a la asociación voluntaria basada en la ayuda mutua o solidaridad. En la sociedad anarquista se realizarán actos sociales (en defensa del yo y en beneficio de otras personas) porque "no existe distinción entre lo que se hace por uno mismo y lo que se hace por los demás" (base de la moral anarquista).

En función de estos principios filosóficos, podríamos destacar una serie de rasgos comunes del anarquismo frente a los valores imperantes, a partir de sus principales teóricos: Bakunin (1814-1876) y Kropotkin (1842-1921).
• rechazo de la religión: la idea de Dios se opone al concepto de la libertad humana, del hombre libre o natural, ya que el hombre no puede reconocer ninguna subordinación de su ser. Si el deber del hombre es obedecer a Dios, ya no es dueño de sí mismo.
• anti-estatal: la idea de Estado se opone al hombre natural ya que siempre es un instrumento creado por algunos hombre para ejercer el poder sobre otros. Ni siquiera el Estado demócrata es aceptable ya que la elección de representantes supone una tiranía de los representantes sobre el resto de la sociedad y, por lo tanto, el gobierno, que es una representación  de la mayoría, ejerce una tiranía de la mayoría sobre la minoría. Consiguientemente, rechazan también todo tipo de autoridad o de ley, incluso los "gobiernos revolucionarios" aún siendo provisionales. El hombre libre sólo se puede representar a sí mismo. Sólo será posible una verdadera democracia en una sociedad sin clases en la cual siempre será posible un acuerdo voluntario por solidaridad, convencidos del razonamiento de los demás.
• anti-individualistas: el hombre libre, natural, social, realizado en las libres relaciones con los demás, solidario con los demás, rechaza toda autoridad pero no acepta el individualismo (se opone a los intereses individualistas).
• anti-capitalistas:  la propiedad privada es la base, según los anarquistas, de la desigualdad y exige la autoridad que impide la libertad del ser humano. Los comunistas libertarios defienden una organización económica basada en la colectivización de los medios de producción. Los medios de producción deben ser controlados por los trabajadores directamente a través de sus sindicatos o de los comités obreros de las empresas. A cada uno según sus necesidades.
• federalistas: el hombre natural se desarrolla mejor en el seno de pequeñas comunidades con propiedad común y dirección común de los medios de producción y de todos los asuntos de competencia social: la comuna es la unidad social básica. A nivel más general, defienden la federación de comunas locales.
• la revolución social: es el único medio de destruir lo que impide la libre actuación del hombre. De acabar con la propiedad privada, las clases sociales, el Estado y las iglesias. Esta era para Bakunin y Kropotkin la tarea que les preocupaba y no la de cómo organizar la futura sociedad anarquista. Los métodos o medios revolucionarios variaron mucho entre los diferentes líderes anarquistas (desde los pacifistas, a los partidarios de métodos violentos) debido a las diversas interpretaciones personales que dieron de la obra revolucionaria o destructiva que propugnaron los primeros teóricos, y debido también a las diferentes circunstancias históricas que había cuando se aplicaron estos principios; es la distancia que va desde: "La libertad no necesita del empleo de la fuerza para reivindicar sus derechos y vengar sus ultrajes. Mucho mejor que la fuerza debe servirnos siempre y sin descanso la razón" (Proudhon), a los partidarios de la propaganda por la acción: "Los anarquistas no eximen de la muerte a las mujeres ni a los hijos pequeños de los burgueses, porque tampoco las mujeres e hijos de los obreros son eximidos. ¿No son acaso víctimas inocentes los niños que en los barrios bajos mueren lentamente de anemia porque en sus hogares escasea el pan?... Caballeros de la burguesía tened al menos la dignidad de reconocer vuestros delitos y de admitir que nuestras represalias son perfectamente legítimas!" (Ravachol).
• el papel de los anarquistas: era el de apoyar la emancipación de las masas populares hacia la revolución social que ellas debían protagonizar de manera espontánea. El conjunto de actuaciones destinadas a impulsar esta emancipación eran muy variadas: la "acción directa" o actuación libre y espontánea de los oprimidos (campesinos, obreros, marginados de todo tipo) podía estimularse a través de las reivindicaciones laborales, la huelga, la participación en organismos culturales (los Ateneos anarquistas), la creación de cooperativas y "bolsas de trabajo" de ayuda a los parados, la asociación en organizaciones revolucionarias (como la I Internacional), sin descartar la insurrección armada o los levantamientos en caso de injusticias locales muy acentuadas.

La ideología anarquista se convirtió en un movimiento socio-político obrero y campesino en el último cuarto del s. XIX, si bien sólo adquirió importancia en la Europa mediterránea, España principalmente (y algunas zonas de Francia y de Italia) y en Rusia. En los demás paises, la actuación de los anarquistas fue esporádica y de escasa influencia social.

 

                                                                                                                                   Caty González Torrijos

                                                                      
La trayectoria del movimiento anarquista
  • 1880-1900: etapa del anarquismo terrorista.  Los acontecimientos históricos de la década de los setenta (fracaso de la Comuna de París, extensión del anarquismo en Rusia y aguda represión gubernamental contra los narodniks o anarquistas rusos, fracaso de la I República en España y su movimiento cantonalista, desarrollo del capitalismo monopolista que posibilitaba concesiones económicas y aletargan el interés obrero por la revolución, etc), influyen en los líderes anarquistas que ven difícil una revolución libre y espontánea de las masas por los factores comentados. Se cree que la revolución social debe ser impulsada por un grupo de anarquistas organizados que despierten a la mayoría apática de oprimidos, que hagan salir el espíritu revolucionario en las masas hacia la insurrección. Se impone un replanteamiento de la metodología revolucionaria y se defiende la acción violenta o terrorista a base de atentados contra líderes políticos del aparato estatal (asesinato sistemático de gobernantes o servidores del Estado). Es la llamada "propaganda por el hecho" aprobada en el Congreso anarquista de 1879.
     La represión contra el anarquismo fue enorme en todos los Estados (detenciones arbitrarias, procesos-farsa como el de Ferrer Guardia, aplicación de la ley de fugas, etc) a pesar de que el número de anarquistas que participaron en estos atentados fue muy pequeño y, según la opinión de los historiadores, en muchos casos actuando por iniciativa personal; pero sirvió de pretexto para desarticular y acabar con el anarquismo en una serie de paises y para desprestigiarlo frente a la opinión pública contemporánea atemorizada y convencida de la existencia de una poderosa organización anarquista internacional de carácter terrorista. Por otra parte, la justificación que los dirigentes anarquistas como Kropotkin hacían de estos atentados en Rusia, donde, ante la feroz represión zarista consideraron que era el único medio de resistencia al alcance de los oprimidos, hacía difícil oponerse a este método en los otros paises.
    De todas maneras, el asesinato político como método de la "propaganda por el hecho" empezó a ser revisado y cuestionado por determinados dirigentes ocasionando una división importante en el seno del anarquismo internacional (Kropotkin condenó la acción terrorista en occidente, y fue amenazado de muerte por esta decisión).
  • 1900-1918 etapa del anarco-sindicalismo. A comienzos del siglo XX el anarquismo conspirativo y terrorista está en decadencia, la represión ha descabezado a muchos de los grupos anarquistas y las acciones de  propaganda por el hecho no parecen conseguir despertar a las masas aletargadas, muchos líderes anarquistas creen que es necesario una organización que las conduzca hacia la revolución y adquiere cada vez más fuerza (en los paises en que se mantiene como movimiento social) el anarcosindicalismo. La nuevas ideas que se afirman son las de considerar que el sindicato es el órgano de lucha fundamental y que el proletariado o clase obrera es el grupo social que puede dirigir y estimular el espíritu revolucionario entre las masas oprimidas. Por lo tanto, los anarquistas, actuando entre las masas obreras, podran inspirar el espíritu revolucionario capaz de crear un movimiento de masas. La acción directa fundamental será la huelga general revolucionaria (de carácter masivo y espontáneo), entendiendo que su objetivo no es el de conseguir mejoras laborales sino el de derribar al Estado opresor. Triunfante la revolución, el sindicato asumirá todas las funciones estatales positivas (protección de derechos, educación, control de los medios de producción). En España, la creación de sindicatos dirigidos por anarquistas (C.N.T) y la organización en Federaciones Regionales responden a estas ideas.
  • Después de 1917,  en la URSS la revolución rusa acabó con los grupos anarquistas que fueron perseguidos y desarticulados por el gobierno bolchevique. El movimiento anarquista pudo llevar a cabo la aplicación de sus principios, la revolución social, durante la guerra  civil española, pero  los Hechos de Mayo de 1937 en Cataluña y la victoria militar franquista y la represión posterior contra todo el movimiento obrero, acabaron, prácticamente, con el anarquismo español.

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Libertad y autoridad

La libertad del hombre consiste únicamente en esto: que obedece a las leyes naturales, porque las ha reconocido él mismo como tales y no porque le hayan sido expuestas exteriormente por una voluntad extraña, divina o humana cualquiera, colectiva o individual.
¿Se desprende de esto que rechazo toda autoridad?. Lejos de mi este pensamiento. Cuando se trata de zapatos, prefiero la autoridad del zapatero: si se trata de una casa, de una canal o de un ferrocarril, consulto al arquitecto o al ingeniero. Para esta o la otra ciencia especial, me dirijo a tal o cula sabio. Pero o dejo que se imponga a mí ni el zapatero, ni el arquitexto ni el sabio. Les escuchó libremente y con todo el respeto que merecen su inteligencia, su carácter, su saber, pero me reservo mi derecho incontestable de crítica y de comprobación. No me contento con consultar una sola autoridad especialista, consulto a varias; comparo sus opiniones y elijo la que me parece más justa. Pero no reconozco autoridad infalible, ni aún en cuestiones espciales; por consiguiente, por respeto que pueda tener hacia la honestidad y la sinceridad de tal o cual individuo, no tengo fe absoluta en nadie. Una fe semejante sería fatal a mi razón, a mi libertad y al éxito de mis empresas; me transformaría inmediatamente en un esclavo estúpido y en un instrumento de la voluntad y de los intereses ajenos.
(...) Me inclino ante la autoridad de los hombres especiales porque me es impuesta por la razón. Tengo conciencia de no poder abarcar en todos los detalles y en sus desenvolvimientos positivos sino en una pequeña parte de la ciencia humana. La mayor inteligencia no podría abarcar el todo. De donde resulta para la ciencia, tanto como para la industria, la necesidad de la división y de la asociación del trabajo. Yo recibo y doy, tal es la vida humana. Cada uno es autoridad dirigente y cada uno es dirigido a su vez. Por tanto, no hay autoridad fija y constante, sino cambio continuo de autoridad y de subordinación mutua pasajeras y, sobre todo, voluntarias.
(...) En una palabra, rechazamos toda legislación, toda autoridad y todas las influencias privilegiadas, patentadas, oficiales y legales aunque salgan del sufragio uiversal, convencidos de que no podrán actuar sino en provecho de una minoría, dominadora y explotadora, contra los intereses de la inmensa mayoría sometida.
He aquí en qué sentido somos realmente anarquistas.

                                                                                        Bakunin: El imperio protogermánico y la revolución social


 ¿Qué es el anarquismo?

El anarquismo es, pues, una doctrina social basada en la libertad del hombre, en el pacto o libre acuerdo de éste con sus semejantes y en la organización de una sociedad en la que no deben existir clases, ni intereses privados, ni leyes coercitivas de ninguna clase. El hombre, movido por sus dos instintos paralelos, el egoísmo y el altruismo, que con él nacen y él viven, sin imposiciones ni educaciones destinadas a dominarlo y a malearlo, sabrá, por egoísmo, ponerse de acuerdo con los demás hombres, para facilitar su trabajo, su defensa y el medio en que debe desenvolverse y, por altruismo, sabrá aportar su apoyo solidario a los más débiles y desvalidos.

                                                                          Federica Montseny. ¿Qué es el anarquismo?, pág. 8.

 

        

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